13 ideas de recetas con zanahoria
En Recetas Nestlé® compartimos opciones para usar esta verdura en todo tipo de platos
Cuando exploramos un ingrediente, nos encanta profundizar en las preparaciones que podemos hacer, así como compartir algunos de sus beneficios nutricionales. En este caso, queremos hablar de algunas ideas de recetas con zanahoria que van a demostrar que esta es una verdura que muchas veces subutilizamos en casa.
Además, se caracteriza por ser una excelente fuente de Vitamina A, la cual promueve el mantenimiento normal de la visión, así como el metabolismo normal del hierro. Su contenido de agua ayuda al cuidado de las funciones físicas y cognitivas.
También podemos resaltar que la zanahoria es una fuente de Vitamina K, lo que hace que contribuya con la normal coagulación sanguínea.
Un tip antes de empezar: la zanahoria es extraída de la tierra y llevada a los supermercados junto a otros alimentos. Es muy importante lavarla y desinfectarla si la vamos a usar en cualquier preparación.
RECETAS CON ZANAHORIA PARA PREPARAR EN CASA
Aunque a simple vista puede que no parezca una verdura muy especial o que se destaque sobre las demás por su sabor, en realidad la zanahoria es mucho más versátil de lo que algunos imaginan.
Claro, puede que lo normal sea relacionarla con ensaladas, caldos o como protagonista de una deliciosa crema, pero hay mucho más detrás de este vegetal de color naranja. Por eso, en Recetas Nestlé® queremos explorar ideas para aprovecharla al máximo cuando cocinamos.
1. UNA BUENA CREMA
Empezamos este repaso con una de las recetas con zanahoria más populares, que, además, nos permite jugar con diferentes ingredientes y sabores para obtener resultados variados.
Por ejemplo, podemos tener como estrella del sabor, color y textura a la zanahoria, enfocándonos en una crema que resalte todas sus propiedades. Otra opción es compartir el protagonismo con otros ingredientes, que pueden ser la papa o la auyama.
Respecto a los elementos secundarios, podemos jugar con tonos dulces, ácidos e incluso picantes, dependiendo de nuestros gustos. El jengibre funciona muy bien en una crema de zanahoria, al igual que el jugo de limón o una salsa roja. Rallar queso parmesano o añadir algunos frutos secos puede subir el nivel de este plato.
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2. PANQUECAS BALANCEADAS
Si queremos añadir un poco de verduras a nuestra mezcla de panquecas, simplemente tenemos que asegurarnos de rallar la zanahoria en trozos muy pequeños y añadirla cuando estemos integrando todos los ingredientes.
Otra forma de sacarle provecho es pensando en la decoración. En este caso es mejor rallarla en tiras, que al momento de servir podemos acomodar en la superficie de nuestra torre de panquecas. Algunos complementos que funcionan muy bien son la leche condensada y las frutas deshidratadas.
3. COMO UN SNACK CRUJIENTE
Aunque tiene una textura firme y es una verdura sólida, cuando hablamos de alimentos crujientes, la zanahoria no suele entrar en la conversación. ¿Cómo podemos cocinarla para darle esta propiedad? Estas son algunas opciones:
- Chips de zanahoria: en su aspecto físico son comparables con las papas fritas que encontramos en tiendas y supermercados, sin embargo, acá no estamos usando ningún tipo de conservante o azúcar.
Simplemente hay que cortar la zanahoria en láminas muy delgadas, darles una pincelada de aceite, sazonar con nuestras especias preferidas y llevar al horno o al airfryer hasta que tengan la textura que buscamos.
Barras de zanahoria: cuando pensamos en este tipo de productos seguramente se nos vienen a la cabeza las versiones que se hacen con cereales, frutos secos y frutos deshidratados. Para añadir zanahoria, es tan sencillo como rallarla en la mezcla que hacemos antes de llevarla al horno.
4. PARA ACOMPAÑAR A LA CARNE MOLIDA
Una de las mejores ideas para darle un sello personal a nuestras preparaciones de carne molida, como albóndigas o hamburguesas, es pensar en los pequeños detalles que podemos darle en términos de sabor y textura. Las verduras son estupendas para esto.
Al momento de preparar nuestros platillos con carne molida, podemos añadir pedacitos de zanahoria picada; por ejemplo, a unas albóndigas. Lo ideal es que no nos limitemos a esta verdura, sino que también tengamos trozos de cebolla, tomate, pimentón y cualquier otro vegetal que nos guste.
5. BATIDOS Y JUGOS
Para preparar una bebida con zanahoria siempre tenemos que pelarla y cortarla en trozos pequeños o rallarla. De esta forma cuidamos nuestra licuadora o procesador de alimento al hacerle mucho más fácil el trabajo de triturarla.
Recordemos que, para hacer batidos o jugos, siempre es necesario añadir un líquido. En el caso de la zanahoria, lo más común es usar agua, aunque el jugo de naranja también es un compañero fantástico.
Si queremos darle una textura más espesa, podemos añadir algunos cereales. Ahora, para jugar con su sabor, la miel y la leche condensada son muy buenas opciones, al igual que el jengibre; agregar hielo picado puede resultar bastante refrescante también.
6. UN VERDADRO CLÁSICO: CON ENSALADAS
Las ensaladas son las recetas más obvias con zanahoria, pero esto no significa que nos vamos a olvidar de ellas. Estas fabulosas mezclas de verduras, llenas de colores y sabores, son el acompañamiento perfecto a la hora del almuerzo e, incluso, pueden ser el plato principal en una cena.
Acá es mejor darle rienda suelta a nuestra imaginación. Podemos rallar la zanahoria, cortarla en dados, en tiras, en bastones o en rodajas; también se puede cocinar al vapor, al horno, en la freidora de aire, en un sartén o usarla cruda.
¿Los ingredientes con los que puede estar en una ensalada? La respuesta es que sirve cualquier verdura y fruta que queramos usar para prepararla. Siempre va muy bien con vegetales de hojas verdes, así como con las papas, aunque un pequeño contraste con mango o durazno es un experimento exquisito.
7. ZANAHORIA EMPANIZADA
Esta es una idea que puede sorprender a varias personas, pero que aconsejamos probar para darle un giro a las preparaciones con verduras. Además, el sabor es fabuloso.
Para esta receta con zanahoria lo mejor es cortarla en bastones, aunque en rodajas gruesas también funciona. Después es el mismo proceso que usamos para empanizar cualquier otro alimento.
- Le untamos harina a los bastones.
- Después los untamos en huevo.
- Los cubrimos con migas de pan.
Cocinamos en el horno, airfryer o en aceite.
8. UN PURÉ ALTERNATIVO
Cuando la zanahoria está cruda es sólida y firme, pero si la cocinamos con ciertos parámetros, pasa a ser más suave. Hay dos métodos que funcionan de maravilla para lograrlo: hirviéndola en agua caliente o preparándola en el horno. Con esta textura, es posible preparar un puré fabuloso.
Después de cocer nuestra zanahoria, nada más hay que seguir los mismos pasos para preparar un puré de papa. Un poco de leche y mantequilla son claves para lograr la textura que buscamos, mientras que añadir algo de queso siempre le da valor a este plato. Al servir, el toque final ideal es decorarlo con hierbas aromáticas.
9. PARTE DE UN ESTOFADO
Cuando hablamos de estofados, pensamos en platos llenos de ingredientes y fuerza, que se preparan en una olla grande con papas, verduras y carnes. Aquí necesitamos elementos que puedan aportar sabor y textura, así que la zanahoria funciona de forma estupenda.
Pero es importante planear cómo usarla. Recordemos que los estofados suelen ser cocciones largas, así que, si la rallamos o la cortamos en trozos muy delgados, seguramente se va a perder entre los otros ingredientes. En cambio, necesitamos dados o rodajas, como mínimo, en tamaños medianos.
10. PARA HACER SOPAS Y CALDOS
Hay preparaciones en las que la zanahoria casi que no puede faltar, por ejemplo, una sopa y un caldo de verduras. Vale la pena aclarar que no son lo mismo, así que vamos a explicar su uso en cada caso.
- Sopa: aunque dimos el ejemplo de una preparación de verduras, podemos también hablar de sopas con proteínas. El punto es que acá la zanahoria se usa como un ingrediente complementario, que se añade, normalmente, durante la mitad o el final de la cocción.
Caldo: en cambio, aquí debemos añadir las verduras cuando el agua empieza a burbujear; de esta forma, se mezclarán las propiedades de la zanahoria y los otros vegetales, como el sabor y algunos nutrientes. Los caldos se usan para cocinar arroces o sopas.
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11. ENCURTIDOS
Etiqueta P: No se trata únicamente de una de las mejores formas para conservar por un largo tiempo nuestras verduras, sino que nos da la ventaja de usarlas cuando queramos, con un toque de sabor que no viene nada mal.
Para hacer un encurtido es necesario guardar nuestra zanahoria cortada en rodajas o julianas –puede ser con otras verduras o sola– en un frasco hermético, completamente desinfectado y esterilizado, lleno de vinagre o una solución de sal. También lleva algunos ingredientes que aportan sabor, como pimienta, azúcar, mostaza, canela, clavos o hierbas aromáticas.
12. CUPCAKES Y TORTAS
Cuando hablamos de una preparación de repostería de este tipo, en la que tenemos una mezcla de huevos, mantequilla, leche y harina como base, es mejor tener los cuatro elementos bien integrados antes de añadir los otros ingredientes, como específicamente la zanahoria.
Adicionalmente, es muy importante saber cómo incorporarla a este tipo de recetas. Acá no queremos rodajas, bastones ni cortes en los que su tamaño sea notable. En cambio, la vamos a usar de un modo mucho más sutil, pero que va a sentirse en cada bocado. La debemos rallar y añadir una vez que la mezcla base esté lista.
13. LO MÁS SENCILLO: CRUDA
No es posible hablar de recetas y maneras de sacarle el provecho a la zanahoria e irnos sin mencionar la forma más fácil de consumirla: simplemente cruda. Así, además, la podemos llevar a cualquier lado y comerla cuando necesitemos un empujón de energía, ya sea en el colegio, la universidad o el trabajo.
Fuentes: