Una alacena ordenada va a mejorar toda tu experiencia en la cocina, por eso en Recetas NESTLÉ® te compartimos varios consejos para que la organices
Una alacena desordenada puede convertirse en un desastre dentro de la cocina, con productos vencidos que olvidaste que tenías e, incluso.
Por eso queremos ayudar a ordenar tu alacena con algunos consejos. Puede que tardes unas cuantas horas en este proceso, pero va a cambiar la relación que tienes con la cocina, además de facilitarte todo lo que hagas en este espacio. Desde limpiar, hasta preparar las mejores recetas.
Primer paso para ordenar tu alacena: a limpiar
Una alacena ordenada es sinónimo de una alacena limpia, estas dos ideas van de la mano. Así que, si la tienes desocupada, pues mucho mejor, ya que únicamente tienes que ponerte unos guantes, sacar un trapo, echarle agua y jabón, y empezar a dejar todo reluciente.
Por otro lado, si tu intención es reordenar una alacena que ya tienes llena, lo mejor es sacar todo, desocuparla y empezar desde cero. Puede que esto signifique un trabajo más largo, es cierto, pero va a valer la pena, ya que tendrás tu cocina como nueva.
Además, seguramente encontrarás algunas cosas que habías olvidado en la parte de atrás, en esas esquinas recónditas. Algunas te servirán para cocinar, pero es posible que otras estén vencidas.
El siguiente consejo depende del espacio que tengas en tu cocina, pero tenlo en cuenta al momento de imaginar el orden de tu alacena: lo ideal es que todo esté en un mismo espacio. Es decir, si puedes, guarda absolutamente todo dentro de la cocina.
Lo mejor sería ubicar las cosas lo más cercanas posible al espacio que usas para cocinar, ese es tu punto de referencia. A partir de ahí debes pensar: ¿cuáles son los utensilios que más utilizo? ¿cuáles son los ingredientes que uso con más frecuencia?
Las ventajas de agrupar
Una parte muy importante a la hora de ordenar tu alacena es encontrar puntos en común entre los diferentes elementos. Esto te va a ayudar a crear grupos de alimentos o ingredientes, que puedes unir bajo una misma idea.
Por ejemplo, puedes usar diferentes frascos para guardar las legumbres, como las lentejas, los frijoles y los garbanzos. Estos recipientes deberías ponerlos en la misma parte de la alacena, así sabrás que estos alimentos, que son del mismo tipo, están en un mismo lugar.
Siguiendo esta línea de pensamiento, los frascos puedes agruparlos en canastas o pequeñas cajas. De esta forma podrías tener una cesta con legumbres, una con plantas aromáticas, otra con especias en polvo.
Las canastas también las puedes aprovechar para armar grupos más grandes de productos que sean parecidos. Siguiendo el ejemplo de las legumbres, podrías tener en el mismo espacio diferentes frascos con todo tipo de granos. Es decir, lentejas, frijoles, garbanzos, arvejas e incluso maní.
Otro uso para las canastas y las cajas
Hay muchas alacenas en las que el espacio de abajo, a nivel del piso, termina siendo el lugar para poner “lo que no sabemos dónde guardar”, que acaba siendo desordenado y lleno de cosas.
Una buena idea es usar canastas o cajas, a las que te recomendamos ponerle pequeñas ruedas para que sean fáciles de sacar deslizándolas, y ahí guardar productos como las verduras o botellas que puedan ser muy pesadas para poner en una parte más alta.
¿Pensaste en qué es lo que usas con más frecuencia?
Ya te dejamos un tiempo para que pensaras en la respuesta a esta pregunta. Es que es muy importante al momento de ordenar la alacena, te va a facilitar muchísimo la vida cuando quieras preparar cualquier receta.
Esto lo decimos por razones muy sencillas, pero que tampoco podemos olvidar. Los ingredientes y alimentos que uses más seguido, son los que debes tener en la parte delantera de la alacena, a la mano y cerca. Aquellos que no sueles usar con tanta frecuencia, es mejor dejarlos en la parte de atrás.
Pero acá también debes pensar en el tamaño de los recipientes que vayas a usar. Los que son más bajos o pequeños tienen que estar en la parte de adelante. Por eso, estos últimos debes ponerlos atrás.
A todos nos ha pasado. Guardamos las cosas sin pensarlo mucho, ya sea por afán o por tener la cabeza en otro lugar en ese momento, y alguna bolsita de papel o frasquito, poco a poco, con un ingrediente o alimento, va quedando en el olvido en una esquina recóndita de la alacena. Pasa el tiempo, la olvidamos y se echa a perder.
Relación tamaño – uso
Por lo anterior, vale la pena que tengas en cuenta que aquellos productos que usas más seguido deben ir al frente, por ende, lo mejor es que los guardes en un frasco o envase más pequeño. Así mismo, los que utilices menos, ponlos en un recipiente más grande para que lo coloques atrás.
Las zonas de tu alacena
También es importante que dividas tu alacena en distintas zonas. Te dejamos la siguiente idea de Get Simple Academy, expertos en organización de espacios: una zona para granos, legumbres y condimentos; otra para los materiales de cocina, como las servilletas y el papel aluminio; una más para alimentos perecederos, como las verduras; y otra a la que llaman “almacenamiento general”, que incluye los enlatados y las pastas.
Las etiquetas siempre te van a ayudar
Hay todo tipo de frascos, pero lo mejor es usar los que son transparentes, para saber a simple vista qué contienen. Si usas recipientes que no sean transparente, no olvides etiquetarlos para saber qué hay ahí. Es muy poco conveniente estar sacando y abriendo cajas para ver qué tienen por dentro.
Al final, sean transparentes o no, es mejor que etiquetes siempre. De esta forma, podrías reutilizar los mismos envases con los mismos productos.
Un toque decorativo
Otra de las ventajas de usar frascos transparentes, es que puedes aprovechar los colores de los diferentes ingredientes para darle color a tu alacena. ¿Ordenada, que se vea bien y, además, con estilo? Parece la cocina perfecta.
Tan solo imagina ese amarillo de los garbanzos, con las lentejas cafés, los frijoles negros o ese tono de rojo oscuro, el arroz blanco y unas arvejas verdes. Se vería espectacular.
Olvídate de los frascos o bolsas donde vienen estos productos. Compra unos recipientes o tupper herméticos, que sean del mismo diseño, con una variedad de tamaños, y tendrás una alacena como para las revistas de estilo de vida
Las frutas: ordenadas y agradables para la vista
¡Qué maravillosas que son las frutas! Aparte de ser magníficas para tu organismo, tu cuerpo y tu mente, las puedes usar en todo tipo de recetas en cualquier momento del día. Y, además, como si eso fuera poco, sus colores son espectaculares.
Con un frutero, que puedes hacer tu mismo de modo casero o conseguir uno, es elección tuya, puedes ordenar tus frutas y entregarle otro aspecto de decoración a la cocina.
Piensa en un frutero de madera con un racimo de cambur, una piña, manzanas, naranjas y peras. Todo un arcoíris frutal y balanceado esperando a ser parte de tus preparaciones.
El orden también es mental
Aparte de saber cuáles son los ingredientes que debes poner al frente y de etiquetarlos, una alacena ordenada también te va a ayudar a saber cuándo se vencen los diferentes productos que guardas.
Para esto es fundamental que apenas los lleves a los envases que vas a utilizar, revises la fecha de vencimiento, la escribas y la pegues en el recipiente. De esta forma, tus productos no se echarán a perder nunca más.
Así que ya tienes tres subcategorías para ordenar tu alacena. La primera, es la frecuencia con la que usas los ingredientes; la segunda es el tamaño de los frascos, cajas o cualquier recipiente que vayas a usar; y tercero, la fecha de vencimiento.
Como, seguramente, ya estás pensando, los alimentos que estén más cerca de dañarse, también deberías tenerlos en la parte de adelante.
Reutiliza frascos, pero limpios
Si decides usar frascos, una buena opción que, además, es más económica, es aprovechar los de los productos que compres. Siguiendo el consejo de decoración que te dimos antes (usar recipientes con el mismo diseño), no te deshagas de los frascos de mermeladas o salsas comerciales, mejor úsalos para guardar algunos ingredientes.
Lo que nunca puedes olvidar, es que tienes que lavarlos y desinfectarlos para evitar cualquier tipo de microorganismo o bacteria. Lo mejor es hacerlo, primero, cuando termines el producto original, y, segundo, cada vez que lo vayas a volver a llenar.
Cómo limpiar y desinfectar los frascos de vidrio
Para limpiarlos, es tan sencillo como hacerlo con agua caliente y jabón, usando una esponja o un trapo. Para desinfectar, es mejor usar alcohol.
Si quieres esterilizarlos, lo mejor es dejarlos en agua hirviendo por 10 minutos. Ten mucho cuidado cuando los saques porque, obviamente, van a estar bastante calientes. Así que mejor hazlo con unas pinzas para evitar cualquier tipo de quemadura.
En dónde escribo lo que debo comprar
Hemos hablado de toda la parte interna de la alacena, pero hay un sector que aún no hemos tratado, y son las puertas. Algunas tienen unas rejillas que son perfectas para guardar envases pequeños, pero hay otras que no las tienen. ¿Cómo aprovechamos ese espacio?
Lo mejor que puedes hacer es colgar o pegar cualquier cosa para escribir. Puede ser un blog de notas con un lapicero, una tabla con papel y un lápiz, o, incluso, una pequeña pizarra con tiza, para los fanáticos de la vieja escuela.
Revisa tu alacena una vez al mes
Una vez tengas organizada tu alacena, recuerda darle un buen repaso para revisar cuáles son los productos que están próximos a vencerse y, si es necesario, ponerlos en la parte de adelante o usarlos de una buena vez en algún plato.
Fuentes:
https://revistaelconocedor.com/7-tips-sencillos-para-organizar-tu-alacena/
https://www.micasarevista.com/cocinas/g26363453/consejos-ordenar-bien-despensa-y-encontrar-todo
https://www.ciencuadras.com/blog/decoracion/cocinas-modernas-como-organizar-la-alacena